En 1987, las cosas eran muy distintas a como son hoy. Janis entonces tenía diez años, quería ser cantante e ingresa al coro del colegio. Las cosas no salen como ella habría deseado, pues su voz desafinada le impide viajar a la capital, donde concursaría su colegio, y esto la pone muy triste. Sin embargo, descubre un mundo nuevo para ella cuando conoce a Mariana y a su abuelo enfermo, quien la confunde con su difunta esposa y le pide cantar para él. Así se da cuenta de lo mucho que disfruta haciéndolo, aunque sea en la regadera.